A nivel mundial se vive un alza en los índices de inflación. Las personas trabajadoras comienzan a vivir un fenómeno que, hasta hace algunos años, se consideraba propio de países en crisis. Pero ya no, desde Estados Unidos, pasando por México, toda Latinoamérica y Europa están sintiendo los efectos de la inflación.

Ante esta nueva realidad las personas deben saber cómo proteger su dinero, sus ingresos y su consumo de las subidas de precio.

 El objetivo central es salvaguardar tu trabajo, el tiempo y esfuerzo que le dedicas a ganar dinero. 

Además, también es importante que la inflación no acabe con tu capacidad de ahorro. Así que nada mejor que conocer conceptos básicos de finanzas personales, para así poder proteger tu dinero en tiempos de inflación.

Estos consejos serán muy útiles para quienes regularmente hacen envíos de remesas familiares. Es decir, para quienes trabajan en Estados Unidos y ayudan a sus familiares en el exterior. 

Sigue leyendo y aprende todo lo que necesitas saber para salvaguardar tu patrimonio frente a una escalada inflacionista.

 

Qué es la inflación

Comencemos por el principio: a qué llamamos inflación. 

La inflación es el proceso mediante el cual se produce un aumento sostenido de los precios en los bienes y servicios. Casi siempre se calcula como un promedio de la variación porcentual del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

 Aunque hay opiniones diversas entre los economistas respecto a sus causas y consecuencias, todos coinciden en que el principal efecto es que el dinero rinde menos. Dicho de otra manera: el dinero pierde valor real, aunque no lo haga nominalmente.

Por ejemplo: si una persona tiene USD $100 y con estos compraba veinte productos mensuales de USD $5 cada uno, si los precios aumentan un 10 %, al mes siguiente solo podrá comprar dieciocho productos. 

Es así como los sueldos pierden poder de compra. Las personas en la calle, aunque no sepan cómo conceptualizar este fenómeno, sienten sus efectos. En los periodos inflacionistas se escucha a la gente decir que «el sueldo ya no alcanza», o que «todo está cada vez más caro».

¿Has escuchado esas frases en los últimos meses? Probablemente sí; incluso tal vez tú mismo las has dicho. Eso es una muestra de que estamos en un periodo de inflación creciente. 

Las causas son diversas, pero en este artículo queremos no enfocarnos en ellas. Al contrario, más que plantearte un problema, queremos darte una solución. Vamos a revisar de qué métodos dispones para enfrentar este fenómeno.

 

Evitar perder valor

Para no verte tan afectado por la escalada inflacionista, lo primero que debes hacer es evitar perder valor. Para ello debes convertir tu dinero en activos que no se estén depreciando. Puede ser el oro, un vehículo, una casa, cualquier instrumento que en vez de perder valía, como lo hace el dinero en épocas inflacionistas, aumente su valor.

Mantén en efectivo solo el dinero que planees gastar pronto. Tus ahorros, en cambio, tenlos en esos activos. Incluso puedes invertirlos en instrumentos como acciones en la bolsa, títulos de deuda, metales preciosos como el oro, las criptomonedas o los fondos indexados. 

Incluso si tienes dinero en el banco puedes protegerlo. Algunas instituciones bancarias cuentan con cuentas de ahorro a plazo fijo, que ofrecen un interés superior a la tasa de inflación. 

Lo fundamental es que no permitas que tu dinero se deprecie.

 

No dependas de un aumento de sueldo

Si el dinero se está depreciando a una tasa de 10 % anual, pedir un aumento de sueldo no solucionará nada. 

Sí, las empresas tienden a aumentar el salario en periodos inflacionistas, pero difícilmente lo hagan por encima de la tasa de inflación. Esto lleva a una desagradable paradoja: ganas más dinero, pero puedes comprar menos.

Por tanto, aunque está bien que negocies con tu empleador el mayor sueldo posible, no puedes depender solo de eso. Debes convertir ese salario en algo que no pierda valor. Intenta alguna de las estrategias que te recomendamos en el punto anterior.

 

Aumenta y diversifica tus ingresos

Así cómo puedes proteger la pérdida de valor del dinero, también puedes generar ingresos nuevos. No sólo puedes comprar activos que no se deprecian, sino que puedes adquirir activos que te generen renta. 

Podría tratarse de una propiedad, que te generará rentas al alquilarla. También un vehículo, que pongas a trabajar como taxi o para el transporte de mercancías. Incluso algo mucho más barato como una cámara profesional, la cual puedes rentar de forma regular. 

Lo importante es que tengas ingresos mayores y constantes.

 

Controla tus gastos

Cuando la inflación llega muchas personas descubren lo mal que llevaban sus gastos. Al verlos en perspectiva, entienden que muchos son gastos recortables y hasta innecesarios. Te recomendamos que aprendas a priorizar el dinero que gastarás. 

Si vives en Estados Unidos y todos los meses haces un envío de remesas familiares, está claro que ese es un gasto prioritario. Pero tal vez esos almuerzos en restaurantes todas las semanas no lo sean tanto. 

El que los precios estén subiendo no significa que debas pasar hambre o privarte de cosas importantes. Lo que debes reducir son tus gastos superfluos, esos a los que no prestabas atención antes del periodo inflacionista.

Priorizar tus gastos es una de las mejores herramientas de finanzas personales. Una vez reducido lo innecesario y sistematizados tus gastos más importantes, las finanzas tendrán un sentido nuevo. Puede que hasta te sorprendas cuando descubras que no debes modificar mucho tu estilo de vida por las subidas de precio.

La inflación genera temores comprensibles. Las personas y las empresas comienzan a ver cómo rinde menos el dinero y actúan movidas por el pánico. Sin embargo, quienes realmente logran sortear esos periodos de subidas de precios, son quienes no caen en el miedo y saben planificarse. 

Es probable que por tus ocupaciones diarias no le hayas prestado atención a tus finanzas personales. Pero la inflación ya llegó y por tanto debes hacerlo ahora. Aprende a proteger tu dinero de las subidas de precio y estás no te afectarán demasiado.