Las finanzas personales son para que sepas manejar tus gastos. Ingresos y egresos, patrimonio, fondo de emergencia, metas financieras, etc, todos aquellos aspectos que incidirán en tu economía personal. 

Se hace esta planificación, porque el desorden financiero causa graves problemas en tu vida. Si quieres ahorrar, comprar una casa, mudarte de país o simplemente darte algunos gustos, tienes que tener control sobre tus finanzas. 

Uno de los aspectos que más se les complica a las personas cuando comienzan a preocuparse por el dinero son los gastos mensuales. Este flujo de caja regular es el que más utilizamos en nuestra vida, porque con él pagamos los gastos diarios. 

Y es por eso mismo que lo descuidamos y hasta nos cuesta entenderlo. Si a ti también te pasa, debes leer este artículo, porque te diremos cómo solucionar esta situación. 

 

Poner en orden tus gastos mensuales

No puedes comenzar si primero no sabes dónde estás parado. Así que el factor inicial a tener en cuenta son tus gastos recientes. Revisa los movimientos que has hecho durante los últimos 6 ó 12 meses. 

Al hacerlo, responde a estas preguntas:

  • ¿Tienes conciencia de cuáles son tus ingresos al mes? Aquí no solo debes incluir salarios, sino también rentas de alguna inversión y trabajos adicionales a tu empleo principal.
  • ¿Identificas tus gastos fijos y variables? Tus gastos fijos son aquellos que realizas todos los meses sin falta. Puede ser el pago de la renta, los servicios, el colegio de tus hijos, los gastos de tu mascota, tu alimentación.

Los variables, en cambio, son aquellos gastos que realizas algunos meses sí y otros no. Por ejemplo: la visita anual al odontólogo o el campamento vacacional de tus hijos. 

  • ¿Utilizas un presupuesto? Es probable que no. Y no sabes cómo te está haciendo daño eso. Un presupuesto es una herramienta vital de planificación financiera. 
  • ¿Tienes deudas? Y si las tienes, ¿las mantienes bajo control?
  • ¿Hay algún fondo para emergencias?
  • ¿Posees inversiones? ¿Y qué tal un plan de ahorros?

Al ver esto en los últimos meses de tu vida, sabrás que tan ordenadas están o no tus finanzas personales. Lo más seguro es que tienes un gran desorden, incluso hasta estás impresionado porque acabas de descubrir cuánto gastas regularmente.

En todo caso, ya has dado el primer paso: descubrir tu desorden financiero. Ahora, vamos a arreglarlo.

 

Toma el control de tus finanzas personales

Definamos primero cómo se organizan los gastos mensuales. Para ello tienes que establecer tres factores:

  1. Define objetivos mensuales.
  2. Transforma tus gastos.
  3. Escoge el momento para planificar.

 

1. Define objetivos mensuales

Si no sabes lo que quieres conseguir, no puedes planificar. Lo ideal es planear las metas mensualmente. Define unos objetivos a treinta días. Para facilitarte eso, te recomendamos dividir esas metas en dos categorías:

  • Objetivos mensuales a corto plazo.

Se trata de aquellas metas que vas a completar durante el mes. Por ejemplo: tener USD $200 para enviar una remesa a mi familia. 

En ese caso, debes consultar cuáles son las aplicaciones para hacer transferencias de dinero disponibles. Así trazarás la meta correcta al mes, que sería el dinero a enviar y el costo de la comisión.

Como persona independiente hay obligaciones que cumplir: la renta, los servicios, los envíos de dinero a tu familia en el exterior. Luego están tus gustos, porque sin ellos la vida no tiene sentido: tu esparcimiento, alguna compra. Esas suelen ser tus metas mensuales a corto plazo.

 

  • Objetivos mensuales a largo plazo. 

Si tienes un objetivo mayor, por ejemplo comprar un vehículo, también puedes planificarlo mensualmente. 

Siendo ese el caso, la meta no es reunir el precio del coche. En cambio, sería reunir una pequeña cantidad fija mensual, para ir juntando la cantidad completa luego de varios meses de ahorro.

Lo importante es que cada mes tengas tus objetivos claros. Distribuye tu dinero mensual de forma inteligente: una parte para los gastos, otra para los objetivos, otra para el fondo de emergencia.

 

2. Transforma tus gastos 

Te preguntarás, ¿qué pasa si he hecho esa planificación y aun así siento que el dinero no me alcanza? Es aquí cuando debes transformar tus gastos.

Piensa estratégicamente, qué gastos puedes deducir, qué parte del presupuesto es excesiva, qué deudas puedes negociar. Poco a poco verás que tu presupuesto es más transformable de lo que piensas. 

Al tener tus objetivos mensuales planificados vas a ver todo el gasto innecesario que haces. También verás el llamado «gasto hormiga», esos pequeños gastos que salen del presupuesto. Es asombroso cómo malgastamos el dinero en esas pequeñas cosas que creemos que no nos afectan. 

Prioriza gastos: el servicio de transferencia de dinero que usas para enviar dinero a tu familia es un gasto importante. En cambio, las cinco idas al cine al mes, puedes reducirlas a tres, o a cero si te suscribes a un servicio de streaming. 

 

3. Escoger el momento de planificar

Planificar tu presupuesto mensual es una tarea importante para tu vida: ponle fecha y hora. Los fines de semana son ideales para ello, porque tienes el tiempo y la disposición. 

Eso sí, que sea con tiempo: siéntate un par de horas. Tómatelo en serio, hazlo con fundamento. Esta actividad es la diferencia entre unas finanzas ordenadas que te permiten ahorrar y crecer automáticamente y tener unas finanzas desprolijas y que siempre sufras para llegar a fin de mes.

Pon en tu agenda cuando harás esa planificación. Si vives en pareja o en familia, conviene que todos participen, que lo conviertas en una actividad rutinaria en tu hogar. Las finanzas personales son tuyas y de quienes viven y depende de ti. 

Si sigues estos sencillos pasos podrás planificar tus gastos mensuales y cumplir tus objetivos. Sea tu ahorro, tus compras, tus envíos de dinero al exterior, el mantenimiento de tu mascota, tu esparcimiento. Todo aquello que deseas lo puedes lograr siempre y cuando te planifiques financieramente.